Excepto la Antártida, todos los continentes cuentan entre su fauna con un ejemplar tan digno como el zorro. De gran capacidad para adaptarse a los cambios que el hombre introduce en la naturaleza, el zorro es capaz de vivir en ciudades, campos y pueblos.

Los zorros mantienen una estrecha relación con los perros, chacales y lobos, debido que forman parte de la misma familia: la de los cánidos. Suelen distinguirse por sus orejas puntiagudas, cola tupida, y su soledad cuando no tienen familia.

guia-basica-sobre-los-zorrosAunque pertenece a la misma familia que los perros, el zorro tiene mucho en común con los gatos. Lo primero es su posibilidad de ver durante la noche y realizar actividades de forma muy activa cuando se pone el sol. Asimismo, cazan de manera muy similar a los gatos: acechan y luego se abalanzan sobre la presa.

Al igual que los gatos, el zorro posee espinas en la lengua, bigotes sensibles, camina sobre los dedos de los pies, e incluso existen zorros con garras retráctiles, es decir que salen y esconden, que les permiten subir tejados y escalar árboles en los que pueden dormir.

Los zorros poseen el récor de adaptación de los animales carnívoros. Si bien su hábitat ideal es la que contiene matorrales y muchos árboles, es capaz de acoplarse con diversos entornos gracias a su dieta flexible. En Australia se considera al zorro como una especie invasora.

Para atrapar a sus presas, el zorro emplea el campo magnético de la Tierra. Y es que tiene la capacidad de visualizarlo como un anillo de sombra en sus ojos; esto le sucede mientras se dirige hacia el norte magnético. De tal forma, es capaz de percibir que cuando la sombra y el sonido de la presa se alinean es el momento atacarla.

Los cachorros de zorro nacen ciegos y solo abren los ojos tras cumplir los 9 días. Esta especie se reproduce una vez al año. En la pareja de zorros la hembra cuida a las crías hasta los siete meses, fecha en que se encuentran aptas para salir de la madriguera mientras el macho se encarga de traer la comida a casa.

El zorro Fennec es el más pequeño de sus similares y pesa alrededor de tres libras. Vive en el desierto del Sahara donde sale a realizar sus actividades en la noche para protegerse del intenso calor. Los oídos de este zorro no solo le permiten escuchar sino que irradian calor corporal.

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