Jugar con un perro no es solo una forma de hacer más atractivo el tiempo que pasamos juntos. También es una oportunidad para socializar a tu mascota y enseñarle los comandos básicos. Otro aspecto positivo de estar activo en interiores o exteriores es mantener a tu mascota en buenas condiciones y deshacerte del exceso de energía.
A la hora de inventar juegos para un perro, debemos guiarnos por sus necesidades y preferencias, así como por los objetivos que queremos alcanzar en la crianza del mismo. ¿Cómo hacerlo bien? Te lo enseñamos a continuación.
Jugar con el perro: ¿qué vale la pena saber?
Mientras caminamos con nuestra mascota, podemos observar a los perros persiguiéndose o «peleando» por una presa (por ejemplo, una pelota). De esta forma, nuestros perros satisfacen sus necesidades básicas de comportamiento, que pueden diferir ligeramente según la raza (rastreo, recuperación, pastoreo y otras).
Conociendo las preferencias específicas de nuestro perro, tenemos la oportunidad de proponer con éxito actividades que le resulten agradables y le permitan satisfacer sus instintos naturales. Cada juego también debe adaptarse a las capacidades físicas de un perro determinado, y respecto a ello, los determinantes son principalmente la edad y el estado de salud del animal.
Teniendo en cuenta estos factores, el tipo e intensidad de la actividad debe ajustarse a nuestro perro para que se sienta feliz y cansado después de jugar, pero no agotado. Vale la pena jugar con el perro para calmar al animal, porque el exceso de estímulos incide negativamente en su estado emocional.
Jugar con una pelota y otros elementos de recuperación funciona bien, después de lo cual el cuadrúpedo debe calmarse gradualmente, por ejemplo, mediante una sesión de aprendizaje de comandos.
Elegir un lugar seguro
Si decides estar activo con una mascota fuera de casa, debes optar por zonas amplias, no demasiado concurridas y alejadas de las calles concurridas. En casa, recuerda asegurar el lugar para jugar con el perro, por ejemplo, retira los artículos frágiles o particularmente valiosos de la habitación.
Jugar con cachorros
Los perros jóvenes son definitivamente más delicados que los adultos. Se encuentran en la fase de crecimiento, por lo que al elegir actividades para cachorros debes asegurarte de que sean seguras para ellos.
Cuando juegues con un perro pequeño, también vale la pena recordar que no debes dejar que te muerda las manos o los pies con fuerza. Si tu cachorro no ha dominado la capacidad de controlar la inhibición de la mordedura cuando juega su amo, debemos enseñarles a hacerlo.
Cuando el perro comienza a mordernos demasiado, debes alejarte de él (no lo regañes). No será un castigo, sino una acción que mejorará rápidamente el comportamiento de tu mascota. Después de un tiempo, puedes volver y jugar de nuevo.
Evitando manifestaciones de agresión
El comportamiento ofensivo de una mascota debe ser aliviado inmediatamente por nosotros. El uso de la fuerza, incluso cuando se juega con el perro, puede causarle daños físicos (por ejemplo, daños en los dientes o en la mucosa bucal).
Uso de juguetes seguros
Los palos pueden partirse en astillas en la boca de un perro y las piedras pueden dañarle los dientes o ser tragadas. Tampoco es aconsejable utilizar platos de plástico giratorios (Frisbee destinado al juego humano) y pelotas de tenis.
Jugar con un perro en casa: ¿cómo se hace?
Un paseo con el perro es una visita obligada para todo guardián de mascotas. Pero, ¿qué pasa si el clima no es propicio para jugar o estamos en un lugar desconocido (por ejemplo, de vacaciones) y tenemos miedo de soltar al perro? En este caso, podemos intentar realizar juegos de perros en casa antes o después del paseo.
Hay muchas posibilidades, pero debes recordar seguir las reglas de seguridad. Son muchas las actividades que puedes realizar con tu mascota en interiores. Si deseas despertar la creatividad en el perro y desarrollar su confianza en sí mismo, vale la pena decidir jugar inteligentemente con él.
El método de modelado es una excelente elección, en la que el animal tiene que deducir por sí mismo cuáles son nuestras intenciones. No debes darle ninguna pista, solo elogiarlo por su progreso. Por ejemplo, puedes poner una caja delante del perro y esperar a que se pare sobre ella con sus patas delanteras.
Inicialmente, nuestra tarea será esperar y premiar cada menor movimiento hacia el recipiente (e incluso mirarlo u olerlo). El perro comprenderá rápidamente que la caja juega un papel y aumentará la frecuencia e intensidad del comportamiento por el que recibe elogios o golosinas.
Una vez que la mascota sepa que la tarea está relacionada con el contenedor, debemos dejar de recompensarlo por solo mirar u oler. Gracias a esto, intentará hacer otra cosa, por ejemplo, pinchar la caja con la pata hasta que finalmente se parará sobre ella con las patas delanteras, por lo que recibirá una recompensa. Este tipo de ejercicio le permite desarrollarse intelectualmente.
Otra forma de estimular la creatividad de tu mascota es utilizar juguetes interactivos. Estos pueden ser, por ejemplo, varios tipos de cajones con golosinas que el perro debe abrir no a la fuerza, sino con astucia. Sin embargo, estas actividades deben adaptarse adecuadamente a las capacidades del animal, para que no se aburra con ellas rápidamente ni lo frustre con los fracasos posteriores.
Podemos comprar juguetes creativos o crearlos nosotros mismos. Usar artilugios de bricolaje de camisetas o mantas viejas, rollos de toallas de papel, felpudos u otros materiales innecesarios no solo es una excelente manera de jugar con tu perro, sino que también protege el medio ambiente.
Un buen ejemplo son los juguetes olfativos del perro, como las alfombrillas, que permiten que funcione el sentido más importante del animal. El principio de funcionamiento de los dispositivos es muy simple: escondemos trozos de golosinas en ellos y nuestro perro tiene que encontrar la manera de sacarlos.
La alfombra olfativa puede estar hecha de un felpudo calado y tiras de material (por ejemplo, una manta de vellón). El material debe pasarse por los ojales del felpudo para que haya rincones y grietas donde esconder las delicias. De forma similar, podemos utilizar rollos de papel higiénico o toallas de papel. Les cortamos pequeños agujeros, metemos las golosinas en su interior y cubrimos los lados de los rollos con cinta de papel.
Otros elementos que puedes utilizar para jugar con el perro son pelotas cinológicas especiales, mordedores y tirones. Cabe recordar que deben adaptarse a la edad de nuestra mascota, su peso corporal, tamaño de boca y preferencias individuales.
Una propuesta interesante son las bolas huecas para rellenar de golosinas. Cabe recordar que los alimentos complementarios (los llamados manjares para perros) no deben cubrir más del 10% del requerimiento diario de energía alimentaria de una mascota. Su valor calórico debe restarse de las comidas principales.
Jugando con el perro afuera y entrenando
Una caminata más larga con una mascota debe realizarse al menos una vez al día y durar al menos 20 minutos. Los paseos son ideales, durante los cuales, en un lugar amplio y seguro (por ejemplo, en un parque), tendrás la oportunidad de soltar la correa un rato y aprovechar de jugar con el perro al aire libre. Aquí hay seis propuestas probadas para tales actividades.
Buscar y traer
El perro puede aprender a cooperar y a autocontrolarse jugando a buscar y traer. A la mayoría de las mascotas les encantan estas actividades, y algunas razas, como los perros Golden Retriever, incluso están hechas para ello.
Escondite
Una persona sostiene al perro y la otra se esconde. Cuando el primero ya está oculto, el segundo ordena «busca» y suelta a la mascota o camina con ella con una correa. Cuando el animal encuentra a la persona que se esconde, dale un elogio verbal o un premio. De esta manera, podemos enseñarles a buscar miembros de la familia por su nombre (luego el comando debe cambiarse a «busca a María», «busca a Valeria», etc.). Los perros disfrutan especialmente de este tipo de actividad.
Encuentra el juguete
Esta actividad es similar a un juego de escondite, usando los juguetes o golosinas favoritos de tu mascota (por ejemplo, busca un oso de peluche).
Deportes de perros
Dan la oportunidad de mejorar su propia condición y satisfacer las necesidades del animal. Uno de los más populares es la agilidad, es decir, la participación en competiciones basadas en una carrera de obstáculos.
Igualmente, popular es la obediencia y su versión más suave y más simple, es decir, la obediencia de reunión (la llamada obediencia relajada). Sin embargo, recuerda consultar a tu veterinario antes de comenzar cualquier sesión de entrenamiento.
Slalom
Es un juego que requiere colocar obstáculos frente al perro: conos o incluso cajas de madera o piedras más grandes. Otra variación de esta actividad es el slalom entre tus piernas. Esta actividad es definitivamente más avanzada, porque requiere una buena coordinación motora tanto por parte tuya como del perro.
Jugar al slalom de perros es el método de enseñanza más eficaz. El entrenamiento de obediencia se utiliza para acostumbrar al perro a responder rápidamente a las órdenes, en particular aquellas cuyo conocimiento está relacionado con el mantenimiento de la seguridad.
En primer lugar, debe concentrarse en la capacidad de caminar junto a la pierna y correr hacia el cuidador cuando se le llame. Una vez que el perro los ha dominado, podemos empezar a enseñarle órdenes como «siéntate», «quédate» o «ladra».
Los siguientes más importantes son los trucos efectivos, por ejemplo: «dame una pata», «rueda» o «hazte el muerto». Estos comandos, relativamente estáticos, se pueden practicar tanto durante un paseo como en casa.
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