La nutrición de los animales de compañía, singularmente de los perros, ha pasado por múltiples fases. Cuando los cachorros comenzaron a ser amaestrados, se nutrían con el resto de la caza. Con el tiempo, y a lo largo de muchos años, los perros pasaron a comer los restos de el alimento de sus dueños, y eso incluía elementos bastante inadecuados para el consumo de estos animales, como los huesos de pollo, que podían ocasionar perforaciones en el estómago y el intestino, condimentos, salsas…

Más adelante, la gente procuró «progresar» el alimento de sus cachorros y empezaron a nutrirlos con fubá, arroz, restos de carne y ciertas verduras. Evidentemente, estaba lejos de lo idóneo.

Entonces aparecieron las raciones industrializadas, que se fundamentaron en estudios de las necesidades nutricionales de perros y gatos para llegar a la «receta ideal». ¡Funcionó! La ración era un comestible mucho mejor que los «restos», bastante práctica para los dueños, mas con un enorme problema: ¡el perro no la deseaba comer! La ración fue perfeccionada con nuevos ingredientes, sabores, palatabilizantes, brotaron las raciones terapéuticas, en lata, concretas para cada raza, en resumen, decenas y decenas de marcas y opciones. Es prácticamente imposible que un can no se adapte a una de ellas en estos días.

En lo que se refiere a los gatos, una especie exageradamente exigente en el sentido del gusto, la industria ha conseguido agradarlos más que a los perros, y las raciones felinas son realmente bien admitidas.

Hace unos años, una «nueva ola» de comestibles brotó en el planeta animal. Se acusó a los piensos de provocar alergias, emplear ingredientes transgénicos e inclusive reducir el tiempo de vida de los animales, ocasionándoles cáncer. ¿Son ciertas estas acusaciones o bien solo la aparición de una nueva fase en la nutrición animal?

El hecho es que estamos en una temporada de comida natural para perros y gatos. Usando los muchos años de estudios sobre alimentación animal que han constituido la base de la industria de piensos, hoy en día los veterinarios especializados son capaces de elaborar dietas adaptadas para perros y gatos.

La nutrición natural procura complementar todas y cada una de las necesidades de los perros y gatos con ingredientes variados, como tubérculos, verduras, carnes, vísceras, aceites y granos…, mas.. ¡un instante!! ¿Los perros y los gatos no son vegetarianos para comer verduras?! En la naturaleza, la presa es ingerida absolutamente, y eso incluye el intestino, relleno de materia vegetal. De esta manera, si bien los perros y los gatos son carnívoros, de forma indirecta acaban tragando materia vegetal. Obsérvese que la materia vegetal es parte integrante de la nutrición, mas jamás puede ser la fuente exclusiva. ¡Los perros y los gatos no son vegetarianos!

La formulación de una dieta natural ha de ser efectuada por un veterinario nutrólogo que analice el peso, la edad, el ejercicio físico, el carácter del animal y, sobre todo, su estado de salud. Aparte de los ingredientes de la dieta, se agregan vitaminas y nutritivas, substancias que asisten a prosperar la inmunidad, el estado de la piel y el pelado, como Omega tres, aminoácidos, aceite de pescado, aceite de linaza, etcétera. En sí, cada dieta es adaptada.

Aparte de los animales de edad avanzada, los que tienen inconvenientes dermatológicos se favorecerán mucho de la nutrición natural. Para los perros y gatos por lo general, es la formulación ideal, pues, aparte de todos las ventajas para el equilibrio de la salud, los animales se nutren con extremo placer.

La nutrición natural asimismo existe en la opción cruda. O sea, el animal se nutre como lo haría en la naturaleza, sin la cocción de los ingredientes. Ese género de nutrición no es muy admitida por los dueños por el repulso de ver a su amigo ingerir vísceras, huesos y carnes crudas. El peligro de polución de los animales por enfermedades como la toxoplasmosis, la brucelosis y otras enfermedades asimismo existe si la carne no es de buena procedencia. ¡No merece la pena exponerse!

En concepto de costos, la dieta natural es más costosa que la ración industrializada, en tanto que es preciso incorporar, conforme el caso, vitaminas y otros complementos. Asimismo es muy trabajosa para los que lo hacen, por el hecho de que si se requiere la cocción separada de cada ingrediente (pueden pasar de 6!) y pesarlo en el momento de componer la «receta». Se puede hacer en cantidad y congelar. ¡Reserve bastante tiempo y paciencia! Esa es la enorme desventaja de la dieta natural: no siempre y en todo momento es viable para quien la hace, por el tiempo que requiere y el costo. Ya existen empresas que generan y entregan en casa Los regímenes naturales, conforme la prescripción del  nutriólogo veterinario. Eso facilita mucho la vida de los dueños, mas tiene su costo.

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